DOMINGO XXV ORD B
1º CUARESMA B 18 de Febrero 2024
- DOMINGO XXV ORD
- DIOS ES BUENO CON TODOS
- DOMINGO XXIV ORD
- EL PERDÓN
DOMIGO II DE PASCUA A
5º CUARESMA: SOY LA VIDA
DOMINGO XXVIII , 9 DE OCTUBRE
DOMINGO XXVI , 25 DE SEPTIEMBRE
DOMINGO XVIII C 31 DE JULIO
DOMINGO XIII C 26 DE JUNIO
SEMANA SANTA 2022
L
DOMINGO 3 DE ABRIL
FIESTA DE CRISTO REY
DOMINGO XXXIII
NO PASARÁN
DOMINGO XXXI
LOS MANDAMIENTOS DE DIOS
DOMINGO XXX
¡SEÑOR, QUE VEA!
DOMINGO XXVI
¡SIN EXCUSAS!
DOMINGO XXV
UN MUNDO AL REVÉS
DOMINGO XXIV
¿QUIEN DECÍS QUE SOY YO?
PENTECOSTÉS
LA ASCENSIÓN
6º DOMINGO DE PASCUA
3º DOMINGO DE PASCUA
SER TESTIGO
1.- Tener experiencia de Jesús en nuestra vida.
Una experiencia personal. Una vivencia que hayamos vivido y nos haya
transformado. No basta haber escuchado algo, no basta saber cosas.
Sin experiencia personal, no hay testigo. Porque sin esa
experiencia, cuando viene la dificultad, o el cansancio, todo se
desmorona como castillos de arena en la playa.
2.- Salir al encuentro.
No hay que quedarse quieto, hay que salir. Iglesia en salida
misionera, como quiere el Papa Francisco. Hay que salir porque hay
mucha gente desencantada, y muchos buscando sentido a sus vidas. Hay
mucho dolor y mucha esperanza. El testigo sale, anuncia. Recorre
caminos. Tiende manos. Y siempre sabiendo que su mensaje puede ser
rechazado, pero no por eso abandona su misión.
3.- Acompañar. Como hacía Jesús. Ser testigo hoy es acercarnos a los
demás, caminar con ellos, acompasar nuestro paso al suyo, dar
tiempo, no juzgarles, escucharles. Y todo sin decir muchas
palabras, estando ahí. Muchas veces es una presencia silenciosa,
pero siempre ha de ser acogedora, de manos abiertas de
corazón caliente.
4.- Ayudar. Es echar una mano. Quizá puedes poco, pero todos podemos
algo. Jesús nunca pasa ante el sufrimiento y la necesidad, ante la
enfermedad o el pecado. Nosotros no hacemos milagros, pero lo
que podemos hacer lo hacemos. Más que nunca hoy se necesitan
obras.
5.- Hablar de Dios.
De lo humano y divino, de la experiencia de Dios que tenemos. Dios
tiene para ellos una palabra, un mensaje. No se ha desentendido de
nosotros. No dudes en mostrar que Dios llena tu vida y te hace
feliz, y que puede llenar la suya y hacerles felices
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Si no lo creo, no lo veo.
La virgen María, creyó, aunque no veía claro. Creyó porque confió.
Por eso podemos muchas veces, creer sin ver, como nos ocurre a muchos, y
podemos ver y no creer como les pasa a otros.
¿Qué necesitamos para creer?
La verdad que la respuesta no es fácil, por lo menos para mí. La fe es un regalo, ¿Pero podemos hacer algo por conseguirla? Me atrevo a proponer:
1.- PARARNOS UN POQUITO.
Este pararnos un poquito en
nuestra vida significa
descubrir las cosas que de
verdad le dan sentido a
nuestra vida o las cosas que no le dan sentido. Buscar momentos para hacer
una excursión hacia nuestro
interior. Descubrir todo lo que de verdad queremos y necesitamos.
Descubrir lo que nos hace felices o aquello que nos deja indiferentes.
¿Qué necesidades tienes? ¿Vives feliz con lo que haces? ¿Eso llena de
verdad tu vida? ¿Tiene sentido tu vida? ¿Te falta algo…te falta Alguien?
Y no te engañes, no sirve de nada. Pero si descubres deseos no cumplidos,
si descubres ansias plenas de vida y de felicidad, ya estás a la puerta de
comprender.
2.- TRASCENDER UN POCO MÁS.
Volar un poco más alto, desear plenitudes, vida, felicidad.
Elévate un poco por encima de lo que haces cada día, que seguro que es
muy interesante a veces y monótono otras. Elévate para descubrir las cosas
desde arribay seguro que descubres lo pequeños que somos, lo
insignificantes en este mundo inmenso, pero también lo grandes y
maravilloso que somos.
Nuestra vida, no puede quedar en un sepulcro ¿Qué padre, madre traería un
hijo para llevarlo a la muerte? No tiene sentido.
Trascender nuestra vida es entender que hemos sido creados por amor y
desde el amor, y el amor nunca muere.
3.- CONFIAR EN LOS DEMÁS
UN POCO MÁS.
Hay personas que lo han visto. Seguro que ya lo haces, lo del confiar,
pero es bueno recordarlo. Hay experiencias bonitas de personas cercanas.
Hay vidas llenas y entregadas con mucho amor. Hay santos de la puerta de
al lado que debemos descubrir y que iluminan nuestro camino. Hay vidas de
personas creyentes, sencillas y muy cerca que con su vida no te engañan y
te invitan a dar el paso a
la fe.
Tomás no creyó a sus hermanos. No acababa de entender. Por mucho que le
decían no estaba abierto a la novedad. Era tan maravillosa la noticia que
debía contrastarla. Tuvo la suerte de que Jesús estaba allí.
Pero hoy a Jesús no le vemos ni podemos tocarle como Tomás. Pero si
podemos creer a quienes nos animan con su vida y testimonio. Jesús se hace presente en ellos. Y a esos si sí podemos tocar y ver.
4.-ORAR UN POCO MÁS:
Pedir la fe a Dios. Pedirla
para nosotros y para los nuestros. Pedir la fe. Cuando nuestras
fuerzas decaen, cuando no
alcanzamos, cuando queremos y no podemos, cuando la corriente en contra es
muy fuerte, es entonces el momento de la oración.
Y Dios no es nunca sordo a estas súplicas.
Y recuerda las palabras del Maestro: ¡Bienaventurados los que creen sin
haber visto!